Entrevista a Cristina y Paula Martínez Abad, fundadoras de Maraba Studio
Entrevista a Cristina y Paula Martínez Abad, fundadoras de Maraba Studio

Jóvenes y audaces, Cristina y Paula forman parte de una nueva generación de diseñadores de iluminación capaces de abrirse camino en medio de las dificultades con ilusión y entusiasmo. En su breve vida como estudio son ya una referencia en Lanzarote, una isla en la que han encontrado su inspiración y discurso creativo, basados en la naturaleza y en los envolventes juegos de luces y sombras.

Llama la atención que siendo hermanas ambas cursarais la carrera de arquitectura y os especializarais en diseño de iluminación arquitectónica. Además, trabajáis en el mismo estudio de iluminación independiente. ¿Tan inseparables sois?

Paula: Es cierto, resulta curioso. Tanto Cristina como yo nos hemos sentido siempre atraídas por el mundo de la arquitectura, nuestra familia está ligada al diseño y la construcción y sin duda nos ha influido. Pero, aunque hemos ido creciendo en paralelo, lo hemos hecho en diferentes ciudades. Cristina se licenció en Sevilla y yo en Madrid. Cuando en 2015, después de trabajar en Alemania, fundé ABAD Lighting Design Studio en Lanzarote, Cristina desarrollaba su trayectoria profesional en el ámbito de la arquitectura en Madrid. Pero finalmente ha sido la luz la que nos ha unido. Quisimos crear algo en común y a principios del 2020 fundamos Maraba Studio.

Nave Grupo Martínez

¿Cuando decidisteis cursar la carrera de arquitectura ya os interesaba la luz o fue un descubrimiento posterior?

 Paula: Siempre me ha fascinado la iluminación natural, su incidencia en los materiales. Vivir en una isla con un entorno y un paisaje como el de Lanzarote, donde el sol está presente más de 12 horas diarias, marca una visión diferente. Aprendes a tamizar la luz, a protegerte de ella, y a generar sombras con elementos naturales. ¡La sombra es algo tan potente como la luz!, sólo hay que saber tratarla. Pero el interés por la profesión de lighting designer fue posterior. Durante la carrera descubrí lo importante que era diseñar la iluminación para conseguir poner en valor la arquitectura, resaltar su forma, estructura y textura. Así que me puse a investigar y ahí empezó todo.

Cristina:  Coincido con Paula, nacer en un sitio como Lanzarote tiene mucho que ver con lo que somos y lo que hacemos hoy en día. Vivir en esta isla hace que desarrolles una sensibilidad especial. Siempre concebí la luz como parte fundamental en mis proyectos de arquitectura, pero fue durante mi etapa laboral cuando descubrí que existía la profesión de lighting designer. En ese momento tomé la decisión de reconducir mi carrera y especializarme en el diseño de iluminación.

Castillo de San José

¿Cuál ha sido vuestro recorrido profesional antes de fundar Maraba Studio?

Paula: Tras finalizar el Máster de Iluminación Arquitectónica Masterdía en el 2014, tuve la oportunidad de conocer a Andreas Schulz, CEO de Licht Kunst Licht, quien me brindó la oportunidad de trabajar junto a él en su estudio de Berlín. ¡Fue una etapa maravillosa! Durante casi un año me sumergí en un mundo de luz que nunca imaginé, con proyectos muy especiales. Aprendí a diseñar pensando en cada matiz y en cada detalle para crear espacios confortables a la percepción visual. Fue tras esa etapa cuando me ofrecieron el primer proyecto en mi isla natal: Jameos del Agua, obra del arquitecto César Manrique. Para mí fue todo un reto.

Cristina: En mi caso, antes de introducirme por completo en el mundo de la iluminación, me especialicé en retail design y trabajé en diferentes estudios de arquitectura de Madrid. No fue hasta 2019 cuando me formé como diseñadora de Iluminación en el IED Madrid.

Fundación César Manrique

¿Os está resultando difícil abriros camino en una profesión que todavía no tiene el reconocimiento que debiera?

Paula: Cuando tuve que tomar la decisión de regresar a Lanzarote, la profesión de lighting design era desconocida. Pero al contrario de lo que la gente podría pensar, lo vi como una gran oportunidad. La isla era un lienzo en blanco donde poder empezar a diseñar y desarrollar una cultura de la iluminación.

Cristina: Sí, en Lanzarote hemos podido desarrollar proyectos en todos los ámbitos, tanto culturales, paisajísticos, corporativos, del sector del retail, como educativos. Poco a poco hemos ido creado una conciencia sobre la importancia de la luz que va dando sus frutos.

Monumento al campesino

En el Arrecife Gran Hotel trabajáis con lineales LED de Lluria. ¿Os gusta utilizarlos? ¿Creéis que os permiten desarrollar nuevas ideas?

Cristina: Los perfiles de iluminación lineal de Lluria los utilizamos para crear iluminación indirecta en paredes y realzar texturas y materiales, como también para guiar recorridos y definir envolventes en el espacio.

Paula: En el Arrecife Gran Hotel, donde la inspiración es la naturaleza y sus formas, hemos implementado una tira LED que tiene los módulos perpendiculares a su base, de modo que se adapta perfectamente a las curvas proyectando la luz de forma vertical y homogénea. En iluminación exterior, los productos estancos flexibles son una herramienta que nos permite diseñar sin límites.

Maraba Studio

La luz dinámica es otra de las grandes virtudes de los lineales. ¿Qué posibilidades os aporta a nivel creativo?

Cristina: Son herramientas que aportan personalidad y carácter al diseño y que durante el proceso creativo abren un abanico de posibilidades.

Paula: Lo cierto es que justo ahora estamos implementando la iluminación dinámica en dos proyectos diferentes. En el primero, un centro comercial y deportivo, estamos diseñando una fachada dinámica en tonos azules que va cambiando a lo largo del día simulando el movimiento del mar. En el segundo, la cubierta acristala del Pool Bar en el Arrecife Gran Hotel, estamos creando un espacio mágico en constante cambio que te traslada a otra galaxia. Apoyándonos en la estructura metálica de la cubierta, abarcamos toda la superficie con perfiles lineales. Se instalan por pares, combinando el tunable White con el RGB White generando un entorno de color donde se busca transmitir un espacio cambiante y sin límites. Es un ambiente mutante en el que la experiencia inmersiva se inicia al atardecer con un espectáculo de luces que se multiplican. Jugamos con la percepción espacial del entorno al reflejarse en la cúpula de cristal y en la superficie del agua.

Clinica Nores

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